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Alemania era un ejemplo. Eso terminó. Ahora recurre al combustible más contaminante

Alemania ha echado a andar centrales eléctricas de carbón como un parche temporal para enfrentar la falta de suministro de gas ruso, pese a sus planes de abandonar este combustible por completo para 2030. Otros países como Austria y Holanda han recurrido a la misma medida, mientras que República Checa ha puesto en marcha la explotación minera y el resto de Europa ve con temor un corte total del gas ruso.


Alemania ha tenido que recurrir a una medida dolorosa para sus planes de abandonar el uso del carbón antes de 2030: reactivar sus viejas plantas que producen electricidad con este combustible altamente contaminante para poder enfrentar la falta de suministro de gas ruso.

Rusia redujo desde mediados de junio los suministros de gas a cinco países de la Unión Europea, entre ellos Alemania, la economía más grande del bloque de 27 países y que depende mucho del gas de Moscú para generar electricidad y mantener su industria en marcha.

Alemania depende de Rusia para el 35 por ciento de sus importaciones de gas. Analistas citados por el diario El País han alertado que la primera economía de la Unión Europea entraría en recesión si el grifo del gas se cerrara por completo este mes de julio.

Es por eso que frente a este panorama, una modificación legislativa aprobada la semana pasada ha permitido poner en marcha las plantas que producen electricidad con carbón, informó el diario español. El plan fue anunciado la última semana de junio por Robert Habeck, Ministro de Economía, que proviene de Los Verdes. “Se tiene que usar menos gas para producir electricidad. En su lugar, se deberán utilizar más las centrales de carbón”, dijo mediante un comunicado.

Habeck reconoció que volver al carbón era “amargo”, pero que “en esta situación, es pura necesidad”. El Gobierno tiene previstas medidas para incentivar a la industria y las compañías eléctricas a utilizar menos gas natural. Habeck también instó a los alemanes a ahorrar energía.

“El gas debe reducirse más, de modo que pueda almacenarse más gas, de lo contrario en invierno va a estar justo”, dijo.

Alemania tiene un Gobierno de coalición integrado por socialdemócratas, verdes y liberales, frente al cual está el Canciller Olaf Scholz, el cual se propuso despedirse del cabrón antes de 2030. Si bien han recurrido al uso de carbón, en la nación germana han insistido que esto no impedirá su objetivo de dejar de usar este combustible antes de este año.

De hecho, la semana pasada los legisladores alemanes aprobaron un paquete de reformas destinadas a impulsar la producción de energía renovable, después de que el Canciller Olaf Scholz advirtió que el país ha dependido durante demasiado tiempo del suministro de energéticos rusos.

“Alemania ha dependido durante demasiado tiempo y de manera demasiado unilateral de los suministros de energía de Rusia”, declaró el Canciller durante un evento de la industria de energía renovable en Berlín.

El Gobierno se ha comprometido a acelerar la instalación de instalaciones de energía solar y eólica, estableciendo el objetivo de generar el 80 por ciento del uso bruto de electricidad de Alemania a partir de energías renovables para 2030, casi el doble de la participación que tenía el año pasado y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de todas las fuentes a “cero neto” para 2045.

Para lograrlo, propuso reservar más terrenos para parques eólicos terrestres y reducir los obstáculos burocráticos que han frenado la construcción en los últimos años.

Desde el 23 de junio, el Gobierno de Alemania ha elevado a una segunda fase el nivel de alarma por la crisis energética a causa de la amenaza de Rusia para el suministro de gas, después de haber declarado el pasado mes de marzo el nivel de alerta temprana.

Junto con el anuncio, el Ministro alemán Robert Habeck ha subrayado la importancia de reducir el consumo de gas durante el verano con vistas al próximo invierno y ha asegurado que el Gobierno se ha preparado con anticipación para este escenario, incluyendo la puesta en funcionamiento de centrales térmicas de carbón.

El plan de emergencia energética de Alemania contempla un tercer nivel de alerta en el caso de que la crisis se agravase y los participantes del mercado no fueran capaces de manejar la situación por sí mismos.

En esta situación, el Estado intervendría en el mercado, transformando la Agencia Federal de Redes en el “distribuidor de carga federal”, por lo que sería responsable de determinar en coordinación con los operadores la distribución de gas, subrayando que los hogares, empresas sociales u hospitales gozan del estatus de consumidores protegidos.

No obstante, el Gobierno dijo esta semana que no se plantea por el momento aumentar el nivel de alerta de su plan de emergencia energética, reseñó El País.

“No podemos especular sobre lo que pasará después del día 21 (de julio ante el cierre por mantenimiento del gasoducto Nord Stream)″, dijo una portavoz del Ejecutivo este lunes.

Alemania no es el único país que ha recurrido al uso de carbón. Las autoridades austriacas también informaron en las últimas semanas de junio sobre un acuerdo con la empresa de servicios públicos Verbund para convertir una central eléctrica de reserva a gas para que pueda producir electricidad con carbón.

El Gobierno holandés dijo de igual forma que permitirá que las centrales eléctricas de carbón operen a plena capacidad para ahorrar gas natural que de otro modo se quemaría para producir electricidad.

Fuente: Sin Embargo