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 Llaman AC a no premiar a los niños con paletas ni dulces

Dado a que Matamoros es una zona con una gran cantidad de personas con obesidad y diabetes tipo I y II, integrantes de un grupo juvenil que luchan contra el enfermedad recomiendan a los padres de familia a no cometer el error de premiar a sus hijos con dulces, pues la experiencia de llevar años padeciendo la enfermedad les deja como enseñanza que la alimentación los primeros años de vida son indispensables para una buena alimentación.

Alexis Baca y Brenda Martinez, son parte de una Organización Civil que lleva pláticas y actividades físicas a jóvenes y niños de escasos recursos y que habitan en zonas alejadas de la ciudad, mismos que buscan inculcar la buena alimentación en grandes y pequeños para mejorar su calidad de vida y si es posible, evitar la diabetes tipo II, una de las más comunes en la región pues no se contrajo hereditariamente sino por malos hábitos alimenticios.

Los jóvenes han pasado más de la mitad de su vida luchando contra la enfermedad, a la que han logrado estabilizar y controlar a base de ejercicios y una dieta que no conlleva más que porciones pequeñas de alimentos bajos en grasa y en carbohidratos, los cuales explican, están en todas las comidas.

Indican que uno de los principales errores que cometen los pacientes con diabetes es dejar de comer todo lo que tiene azúcar a la vista o que es dulce, sin embargo, desconocen que existen productos como frutas y verduras que contienen un alto índice de azúcar natural y que es posible que esto les eleve la glucosa en la sangre.

“Hay muchos alimentos que llevan consigo mucha azúcar; el hecho de que la gente se coma un brócoli no quiere decir que están comiendo saludable porque eso también tiene azúcar, el secreto es conocer la cantidad de carbohidratos que hay en las porciones y comer las que el cuerpo considere idóneas para evitar que la glucosa suba”, dijeron.

Señalaron que los padres de familia deben buscar heredar a sus hijos los conocimientos necesarios para evitar la diabetes y añadieron que tener esta enfermedad no significa el fin del mundo para los pacientes, sino un cambio en su estilo de alimentación.