Al no ser parte oficial de una empresa ni figurar en la nómina empresarial de ninguna corporación, el panorama de fin de año para los veladores que trabajan en centros comerciales se vislumbra negro, pues no han logrado generar los ingresos suficientes para contar con una tradicional cena de fin de año.
El señor Cesáreo, empleado de la plaza comercial “Patio” de Matamoros, explicó que la pandemia también afectó sus bolsillos, esto, debido a que los clientes de los centros departamentales ya no les colaboran económicamente como en meses anteriores.
Expresó que meses atrás, los clientes de las tiendas comerciales dejaban hasta 20 pesos de “propina” por cuidar los autos y apoyar en la vialidad y estacionado de los vehículos, pero desde que se anunció la cuarentena, solo logran obtener monedas y no pasan de 10 pesos.
Expresó que las jornadas de trabajo son duras y largas pues deben permanecer mucho tiempo de pié, bajo el intenso sol, aguantando el frío y en ocasiones sin posibilidad de comer sino hasta llegar a casa y comprar alimentos con lo poco que ganan diariamente.
“No es culpa de la gente; nosotros no pertenecemos a ninguna empresa y no tenemos derecho a prestaciones, pero aun así antes sacábamos poquito pero nos alcanzaba para comprar comida, por ahora, batallamos hasta para eso; pero esperamos que las cosas se compongan y que nosotros también nos veamos beneficiados ya que también tenemos familia que mantener”, dijo.
Añadió que este fin de año será un tanto diferente al del año pasado, incluso de años anteriores, ya que la economía no les dará para aspirar a una tradicional cena de día último.
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