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Las secuelas del paso de los migrantes por Matamoros

Piden colonos que se retire la malla ciclónica que resguardaba el campamento migrante

Los habitantes de la cercanía al bordo del Río bravo han solicitado al gobierno local el retiro de la cerca que albergaba al campamento de los migrantes centroamericanos que vivieron en el lugar durante mas de un año esperando que les aceptaran su solicitud de asilo político en el consulado de los Estados Unidos.

El predio junto a las márgenes del río Bravo quedó abandonado en su totalidad después de la salida de los centroamericanos hacia tierra estadounidense y donde un día existió vida migrante solo queda un cúmulo de basura apilada sobre rocas y cuadros de azulejo mal puesto y dañado por el paso de los meses y del clima que ya hizo estragos en el lugar.

La fauna silvestre comenzó a incrementarse y la hierba ha crecido de tal manera que impide observar los asientos de las primeras filas de lo que fueron las gradas para observar los partidos de futbol de campo que se efectuaban en el lugar hace años atrás.

Cuando el alcalde Mario Alberto López Hernandez tomó posesión de su cargo en el 2018, planteo la opción de mejorar el burdo del Río, para lo cual crearon el parque denominado “Paseo del Rio” donde se habilitaron nuevas canchas de futbol rápido, de campo, voleibol y basquetbol; estructuras que hoy están en ruinas y destruidas por la presencia de los migrantes y por el paso del tiempo.

De lo que antes fue un sitio para que los matamorenes pasearan en bicicleta, corrieran con sus mascotas o pasan el tiempo en familia hoy se vislumbra una jaula abandonada con un pequeño parque de juegos abandonado en su interior y los restos de las pertenencias de quienes hoy gozan del sueño americano o fueron deportados a sus hogares en países de Centroamérica.