La diócesis de Matamoros dedicó la misa solemne de acción de gracias a los miles de migrantes que han viajado hasta frontera en busca de una mejor calidad de vida para sus familias.
La misa fue oficiada por Monseñor Eugenio Andrés Lira Rugarcía, obispo de la diócesis de Matamoros, quien hizo hincapié en la obligación que tiene el pueblo católico de velar por los hermanos migrantes.
Hizo alusión al versículo bíblico que dice “peregrino fui” para exhortar a los presentes a difundir el mensaje de amor hacia quienes viajaron miles de kilómetros en busca de refugio.
Por su parte Monseñor Rogelio Cabrera, arzobispo de la diócesis de Monterrey, N.L., y presidente del Consejo del Episcopado Mexicano, aseguró que la conferencia de los obispos de México puso como tema principal el caso de los migrantes y los abusos que sufren durante su travesía.
Aseguró que aunque se mantienen expectantes para ayudar a los migrantes, deben permanecer al margen del problema pues quedaron a la voluntad de las autoridades que los reciben y toman decisiones al respecto.
“La iglesia quiere ser amiga, la iglesia quiere ser defensora y caminar junto con los migrantes, ese es nuestro deber y lo hacemos lo mejor que podemos, tal vez existan personas que aún estén insatisfechas pero deben saber que todos los que están en la pastoral social ponen su mejor esfuerzo para apoyar a los migrantes”, dijo.
Negó la viabilidad de que el gobierno mexicano cierre la frontera sur del país, la cual sirve como un cruce fácil para los ciudadanos centroamericanos y aseguró que el país no puede tener una puerta vierta y otra cerrada.
Exhortó a los matamorenses a continuar siendo un pueblo humanitario y a evitar la discriminación a todos lo que son viajeros errantes.
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