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Artesana mexicana es invitada a participar en exposición en Nueva York y al regresar al país le obligan a pagar impuestos por sus propias prendas

«En la aduana me trataron muy mal, y pues estoy muy sentida por lo que ya ni en Nueva York me trataron así como aquí, en mi mismo México», lamentó la mujer.

En agosto pasado, Ricarda García Merino, una artesana textil originaria de la comunidad de San Juan Colorado, en el estado mexicano de Oaxaca, recibió una invitación del consulado de México en Nueva York para mostrar su trabajo y el de otras mujeres en esta ciudad de EE.UU.

García respondió afirmativamente a la invitación y llevó a Nueva York sus prendas elaboradas con telar de cintura y las vestimentas tradicionales que realizan las artesanas de su población. La exposición y venta de las piezas se realizó del 10 al 16 de septiembre, reseñó El Universal.

«Yo estoy agradecida porque en base a eso damos a conocer nuestras prendas y conocemos nuevos clientes; eso es lo que nosotros hacemos. Esperamos que no sea la primera ni la última vez», comentó García.

Sin embargo, cuando regresó a su país después de la exposición surgió un problema. Al llegar al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) fue retenida durante aproximadamente tres horas por funcionarios del Servicio de Administración Tributaria (SAT), que la obligaron a pagar impuestos por las prendas que ella misma había elaborado y llevado a la exhibición a la que fue invitada.

En total, a García le tocó pagar 3.706 pesos de impuestos (cerca de 180 dólares), por ropa que le valoraron en 950 dólares.

La mujer trató de explicar a los trabajadores del SAT que se trataba de sus propias prendas y de otras que le habían sido regaladas en la exposición, que, según detalló, eran «varias ropitas usadas».

«Les valió, en la aduana me trataron muy mal, y pues estoy muy sentida por lo que ya ni en Nueva York me trataron así como aquí, en mi mismo México. Yo soy mexicana y siempre he participado en las expos. Soy solamente artesana», manifestó.

La artesana trató de buscar ayuda y se comunicó telefónicamente con un conocido, pero contó que los funcionarios la amenazaron con que «le podía ir peor» si continuaba realizando llamadas y le advirtieron con retenerle la maleta con sus creaciones en caso de negarse a cancelar los aranceles.

«En ese momento me sentí muy triste, muy preocupada, desesperada», dijo García, quien mencionó que su pueblo «es muy humilde» y la mayoría de la gente no habla español, por lo que se les dificulta salir de la comunidad a vender su arte.

FUENTE: RT