El presidente venezolano, Nicolás Maduro, asumió oficialmente su tercer mandato (2025-2031) en una ceremonia celebrada en la Asamblea Nacional de Caracas, acompañado por la primera dama, Cilia Flores, y altos funcionarios de su gobierno. El acto estuvo marcado por la ausencia de la mayoría de líderes sudamericanos, aunque contó con la presencia del presidente cubano Miguel Díaz-Canel y la canciller de Bolivia, Celinda Sosa.
El Consejo Nacional Electoral proclamó a Maduro como ganador de las elecciones del 28 de julio, aunque no ha divulgado los resultados completos. La oposición, liderada por Edmundo González Urrutia y agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática, afirma que su candidato obtuvo la mayoría de votos, respaldándose en “el 85 por ciento de las actas electorales” publicadas en una plataforma digital, las cuales han sido descalificadas por el gobierno como “falsas”.
En un contexto de creciente tensión, González Urrutia ha manifestado que tomará posesión como presidente, mientras que el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, ha reafirmado el respaldo de la Fuerza Armada a Maduro. Este escenario refleja la polarización política del país, con el chavismo y la oposición disputando la legitimidad del liderazgo nacional.
La controversia electoral y la falta de transparencia en los resultados subrayan las dificultades de Venezuela para alcanzar un consenso democrático, manteniendo al país en un clima de incertidumbre y confrontación política.