Un trágico incidente ocurrió en el barrio francés de Nueva Orleans, donde un hombre embistió con su camioneta a una multitud que celebraba el Año Nuevo. Después del atropellamiento, el atacante descendió del vehículo con un arma larga y comenzó a disparar antes de ser abatido por la policía. Las autoridades aún no han identificado al agresor ni confirmado su nacionalidad.
Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, vinculó el ataque con la inmigración irregular, afirmando en sus redes sociales que «los criminales que están llegando son mucho peores que los que tenemos en el país». Sus comentarios se produjeron tras informes de Fox News que señalaron que la camioneta usada había cruzado desde México por Eagle Pass, Texas, aunque aclararon posteriormente que el atacante no fue quien realizó ese cruce, ya que el vehículo había sido rentado a través de una aplicación.
Joe Biden, presidente en funciones, condenó el ataque y expresó su solidaridad con las víctimas. En un comunicado, señaló que «no hay justificación para la violencia de ningún tipo» y aseguró que Estados Unidos no permitirá este tipo de actos contra sus comunidades.
Ambos líderes, aunque con enfoques distintos, expresaron su apoyo a la ciudad de Nueva Orleans y a las víctimas de este lamentable ataque, que dejó un profundo impacto en el inicio del año.