Las sequías ilustran los problemas derivados de tener tanto mucha como poca agua
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU): El crecimiento de la población, la urbanización y la polución aumentan la presión que existe sobre los recursos hídricos, mientras el cambio climático favorece los fenómenos extremos y el retroceso de los glaciares. Por lo tanto, resulta imprescindible que exista una buena gestión del agua para fomentar el desarrollo sostenible y la prevención de desastres.
“Se estima que, para 2050, por lo menos una de cada cuatro personas vivirá en un país afectado por una escasez de agua recurrente o crónica”, señala Harry Lins, presidente de la Organización Meteorológica Mundial.
Según los expertos, los fenómenos meteorológicos relacionados con el agua provocan graves problemas económicos y sociales a las poblaciones de los países afectados.
Se estima que las inundaciones causan pérdidas cercanas a los 120 mil millones de dólares al año y las sequías perjudican la estabilidad y el crecimiento económico.
“Las sequías y las inundaciones ilustran los problemas derivados de tener tanto mucha como poca agua”, indica Petteri Taalas, Secretarios General de la Organización Meteorológica Mundial.
Con este motivo, este lunes comenzó la Conferencia hidrológica, una plataforma que reúne a proveedores y usuarios de recursos hídricos para promover la coordinación y el intercambio de información. En ella se abordarán la gestión de los datos, los productos hidrológicos y la entrega de los servicios.
No obstante, para que existan políticas eficientes para hacer frente a estos fenómenos, resulta imprescindible contar con datos y modelos para conocer la frecuencia y magnitud de los fenómenos extremos.
“De la misma manera, no se puede calcular el avance en la mejora del uso eficiente del agua si no se cuantifican el agua superficial, subterránea ni la de los depósitos”, expresa Taalas.
La Comisión del organismo se encarga de fortalecer toda la cadena de servicios relativos al agua, desde su acumulación, hasta su distribución, la supervisión de los recursos, las previsiones y las alertas tempranas frente a inundaciones o sequías.
“No podemos gestionar lo que no podemos medir. Necesitamos servicios hidrológicos sólidos para tomar decisiones informadas. Y, aun así, los sistemas de supervisión y recopilación de datos, que se basan en estos servicios viales para la sociedad, se encuentran bajo una enorme presión”, añadió Lins.
Recientemente, la Organización ha creado una iniciativa para mejorar la gestión de la información: la “Hidroteca”. Con ella pretende apoyar la medición del agua para proporcionar soluciones innovadoras a los servicios meteorológicos e hidrológicos nacionales.
También colabora en una serie de programas integrados para abordar las inundaciones y las sequías, mediante los que se evalúa el estado del agua superficial y subterránea y se trata de prever cómo cambiarán en el futuro.
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