La administración de Donald Trump busca reforzar las medidas migratorias al autorizar a diversas agencias federales, como la DEA y el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos, a realizar funciones de control migratorio. Esta medida se dio a conocer a través de un memorando interno emitido por Benjamine Huffman, Secretario interino de Seguridad Nacional, según información obtenida por The Wall Street Journal.
El documento detalla que estas facultades también se extienden a la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, otorgándoles autoridad para colaborar en la detención de migrantes y la implementación de políticas de deportación. Esta decisión forma parte de una estrategia más amplia de la administración para fortalecer el control en la frontera sur y frenar las solicitudes de asilo.
En línea con estas acciones, Trump anunció el despliegue de 1,500 soldados adicionales en la frontera con México, justificando la medida como respuesta a lo que calificó como una «invasión». Además, reiteró su postura en contra de las ciudades santuario, advirtiendo que podrían enfrentar consecuencias legales si no cooperan con las autoridades migratorias.
Estas decisiones son parte de una serie de iniciativas de la administración Trump para intensificar las restricciones migratorias y acelerar los procesos de deportación, consolidando una política más agresiva en materia de inmigración que sigue generando debates a nivel nacional.
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