En 2018 hubo cambios significativos en el patrón de las rutas elegidas por los refugiados y migrantes
para llegar a Europa. Durante la primera mitad del año, llegaron más personas a Grecia que a Italia o
a España; sin embargo, en el segundo semestre, España se convirtió en el principal punto de entrada
a medida que un número creciente de personas intentaba hacer la peligrosa travesía del Mediterráneo
occidental.
Por primera vez en los últimos años, España lidera la entrada de migrantes y refugiados a Europa con 8000 llegadas a las ciudades de Ceuta y Melilla y unas 54.800 a través de la peligrosa ruta del Mediterráneo occidental, donde casi se cuadriplicaron los fallecimientos al pasar de 202 en 2017 a 777 en 2018, informó la ONU mediante un comunicado.
Estas cifras contrastan con las 23.400 llegadas que experimentó Italia donde disminuyeron los arribos de migrantes y refugiados.
El número de llegadas vía marítima en Grecia durante los últimos doce meses ascendió solo en 2500 personas, pero casi se triplicó a través de su frontera terrestre con Turquía.
En otros puntos de Europa, Bosnia y Herzegovina contabilizó unas 24.000 llegadas de personas en tránsito procedentes de los Balcanes occidentales, Chipre acogió a varios barcos con refugiados sirios procedentes del Líbano y a finales de año hubo varios intentos de cruzar de Francia a Inglaterra por mar.
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