De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas. El Gobierno de Indonesia ha confirmado que 1234 personas han muerto, pero el acceso a Sulawesi, la zona de Indonesia más afectada por el terremoto y el posterior tsunami registrado hace cuatro días, es todavía difícil, por lo que las agencias humanitarias que se encuentran en el terreno temen que el número de muertos sea aún mayor.
“Unas 800 personas están heridas de gravedad y otras 100 están desaparecidas. Es probable que el número de víctimas aumente cuando haya más accesibilidad a algunas zonas y el Gobierno lleve a cabo nuevas evaluaciones”, dijo en rueda de prensa, Jens Laerke, de la Oficina de Coordinación Humanitaria (OCHA) en Ginebra.
Un salvamento difícil
En una iglesia derruida en el distrito de Sigi Biromaru, al sur de la ciudad de Palu, los equipos de salvamento tuvieron que luchar contra densas capas de lodo para recuperar los cuerpos de más de 30 jóvenes de un grupo de estudiantes de la biblia.
“Les llevó una hora y media llevar cada uno de los cuerpos a las ambulancias cercanas, teniendo que vadear un lodo de una profundidad increíble”, declaró Matthew Cochrane, portavoz de la Federación Internacional de la Cruz Roja.
El vocero añadió que “el sentimiento de los equipos que trabajan allí es de verdadera frustración… Todavía hay grandes zonas de las áreas más afectadas que no han sido alcanzadas, pero los equipos lo continúan intentando y hacen todo lo que pueden”.
Las agencias de la ONU están listas para intervenir. El Fondo Central de Respuesta a Emergencias de la ONU ha destinado ya 15 millones de dólares para impulsar las tareas de ayuda.
El Programa Mundial de Alimentos ha estado en contacto continuado con las autoridades desde el viernes y sus almacenes en Subang, en Malasia, están preparados para la entrega de la ayuda de emergencia, dijo Herve Verhoosel, portavoz de la agencia.
“Los especialistas en logística han llegado a Sulawesi con un convoy del Gobierno y lo asesoran en las operaciones logísticas”, explicó y después añadió que “la situación es difícil debido a la escasez de combustible y el daño en las infraestructuras como carreteras, aeropuertos y las telecomunicaciones”.
Especial preocupación por los niños
El impacto potencial en los más jóvenes es especialmente preocupante, dijo por su parte el representante de UNICEF, ya que el 40% de los menores de cinco años ya sufrían de desnutrición antes de la tragedia en Sulawesi.
El hecho de que solamente el 33 por ciento de los nacidos tengan certificado de nacimiento es también un motivo de preocupación, ya que puede ser un obstáculo para la reunificación de los que se han perdido, comentó Christophe Boulierac.
“Con lo que sabemos, estamos preocupados por el impacto que el desastre puede tener en los niños, pero lo que no sabemos es cuál es el alcance completo del desastre”, añadió.
UNICEF está preocupada por la situación de los niños en las ciudades de Palu y Dongala, en la zona central de Silawesi, así como en otros núcleos que están cortados a la ayuda humanitaria.
Carreteras peligrosas
Entre las prioridades del Gobierno figura la de evacuar a las personas que se encuentran en las zonas más afectadas, según la Organización Internacional para las Migraciones, pero el traslado es difícil de llevar a cabo y las carreteras son muy “peligrosas”, dijo su portavoz, Paul Dillon.
La ayuda puede llevarse a Sulawesi a través de un “puente humanitario terrestre” desde Jakarta, explicó Dillon, señalando que la idea ya se utilizó en 2004 tras el tsunami que afectó Indonesia y el océano Índico, cuando se conectó Jakarta con Aceh y Medan con Aceh.
Sin embargo, la entrega de ayuda a Sulawesi desde el puerto de Palu continúa siendo un gran desafío.
“El puesto no ha sido dañado, pero sí se han visto gravemente afectadas las grúas y el equipo que se necesita para retirar los productos de los buques. Además, en algunos lugares, el acceso al puerto es muy difícil”, destacó Dillon.
La salud amenazada
Aunque la prioridad es llegar a los supervivientes, el daño a las infraestructuras básicas y la escasez de agua potable también plantean una amenaza a la salud importante.
De hecho, antes de la tragedia, Dongala y Palu ya estaban afectados por casos de diarrea aguda y por infecciones respiratorias graves, aseguró Tarik Jasarevic, portavoz de la Organización Mundial de la Salud.
“La falta de refugios, agua e infraestructuras sanitarias pueden llevar a brotes de diarrea y otras enfermedades infecciosas”, agregó.
El representante de la OMS explicó que, según una valoración inicial del Gobierno, un hospital ha sufrido daños, mientras otros centros de salud están siendo evaluados.
En coordinación con el Centro de Crisis del Ministerio de la Salud indonesio, la OMS está preparándose para desplegar equipos médicos.
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