Más de 50 migrantes centroamericanos que habitan en el campamento destinado para ellos y que se ubica en la planicie del bordo del río Bravo se reunieron con sus abogados para verificar el estatus de su petición de asilo humanitario.
Consternados por los nuevos mandos de Estados Unidos, los migrantes temen perder sus citas, mismas que se quedaron congeladas desde que recrudeció el número de contagios por covid-19 tanto en Mexico como en Estados Unidos.
Los migrantes se reunieron en la parte exterior de su campamento, donde se aglomeraron para escuchar las palabras de sus abogados quienes les informaron que el proceso aún está vigente pero sigue detenido.
Pese a que la reunión se llevó a cabo sin contratiempos, algunos migrantes se mostraron molestos porque existen casos de personas que llevan en esta ciudad hasta tres años esperando una respuesta a su petición de asilo político de parte del gobierno de los Estados Unidos.
Explicaron que estas reuniones se llevarán a cabo frecuentemente, esto con el fin de mantenerse informados sobre el avance de su proceso para ingresar y vivir legalmente al país norteamericano.
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