Tienen entre 12 y 14 años de edad; la estadística de esta problemática transita entre avances y retrocesos. Autoridades reconocen que tras algunos casos puede haber víctimas de violaciones
Casi 200 niñas y adolescentes tamaulipecas entre los 12 y 14 años de edad, detectó el Inegi que tienen al menos un hijo, dato que quedó registrado en el último Censo de Población y Vivienda 2020, reflejando una problemática que no se logra erradicar.
El organismo encontró también que 451 menores del género femenino en ese grupo de edad estaban ya casada o en unión libre y precisamente de ellas 189 se habían convertido en madres cuando apenas cursaban o estaban por ingresar a la educación secundaria.
Estas 189 niñas y adolescentes mamás en 2020, representan un decremento respecto al 2015 pues entonces hubo 297 casos en el mismo rango de edad, mientras en 2010 sumaron 225. Pero si se compara con 2005 es notorio un retroceso, porque ese año se tuvieron apenas 171 registros.
Según reportes internacionales, las madres a tan temprana edad tienen mayor probabilidad de enfrentarse a situaciones que vulneran sus derechos como es la violencia, y son más propensas a repetir ciclos de pobreza.
Reconocer los vacíos institucionales para prevenir y atender el embarazo adolescente es fundamental, señaló Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y El Caribe.
Llamó a poner especial atención en los sectores más vulnerados en el ejercicio de sus derechos, actualizar programas de prevención y atención e impulsar la participación infantil y juvenil en el diseño de los programas de prevención y educación sexual dentro del sistema educativo nacional.
Sobre los casi 200 casos de infantes y adolescentes embarazadas, la secretaria ejecutiva del Sistema para la Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) en Tamaulipas, Lupita Zúñiga Salazar, señaló a MILENIO Tamaulipas que es real esa problemática.
“Desafortunadamente sí, creo que son acumulativos, no son de un año, más que nada son comunidades que no están dentro de la zona urbana y por falta de conocimiento o asesoramiento se da más esto, pero la finalidad de nosotros es acercarnos lo más posible a los adolescentes para evitar y disminuir estos problemas cada vez más”.
Zúñiga Salazar admitió no es una tarea fácil dado el alto número de escuelas que existe en la geografía estatal, pero se tiene, dijo, el total apoyo del sector educativo, pues son los maestros quienes están más cerca de los estudiantes.
Reconoció que tras los 189 embarazos de menores que tienen entre 12 y 14 años de edad puede haber alguna situación de abuso sexual, aunque la mayoría, dijo, es por voluntad propia y se tienen programas para evitar que las futuras madres dejen la escuela. Para dar atención, también se ha puesto a su disposición la línea de emergencia 911 donde pueden pedir apoyo ante cualquier peligro o simplemente orientación telefónica.
“Cuando es algún caso de violación se le da seguimiento también para aclarar la situación, pero normalmente es por falta de conocimiento de la adolescente, hay mucha ignorancia y por la pobreza que viven no lo ven como una violación, se han dado casos incluso dentro de la misma familia, pero hay quien no lo consideraba así. Nosotros buscamos llegar a todos los rincones del estado para concientizar”.
Detalló que Sipinna coordina el Grupo Estatal para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (Gepea), integrado por instituciones como Salud, Educación, Instituto de la Mujer, Secretaría General y Seguridad Pública, cuyos servidores públicos son capacitados para prevenir y atender.
Precisó que la principal meta de Gepea es reducir al máximo la estadística y para ello se platica con estudiantes, aunque también considera es una labor que incluye a los padres de familia interesados en que sus menores hijos tengan un sano desarrollo. La pandemia de covid-19 puso pausa a las pláticas de prevención porque los estudiantes estaban en sus casas, pero se busca, aseveró, retomar al 100% sus actividades.
Sostuvo aún no se tiene un sistema de información estadística, pero se está en ese proceso, buscando replicar un modelo que ya se aplica en el estado de Hidalgo.
Mientras tanto, la Secretaría de Salud de Tamaulipas brinda un acompañamiento cuando se detecta un embarazo infantil o adolescente para darle la atención y registrarlo en una base de datos.
Por su parte, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia en Tamaulipas dio a conocer sus acciones sobre prevención de embarazo infantil y adolescente con el propósito de que los menores conozcan los riesgos y consecuencias asociadas al inicio de la sexualidad a temprana edad.
Se busca que puedan tomar decisiones responsables frente al ejercicio de la sexualidad y los riesgos que conlleva un embarazo. Para ello se llevan pláticas y talleres a escuelas secundarias y preparatorias.
“El objetivo es propiciar una reflexión sobre su sexualidad, incrementar la percepción de riesgo y que puedan decidir de forma responsable”, se explicó en información proporcionada por la dependencia estatal.
Fuente: Milenio
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