Incluso desde antes de la invasión rusa a Ucrania, Moscú y Kyiv se han visto envuelto en una intensa batalla entre sus agencias de inteligencia.
Ambos gobiernos han tratado de insertarse en el otro para descubrir qué piensan o qué traman las más altas cúpulas del poder.
Pero desde febrero pasado, cuando el Kremlin envió a sus tanques y tropas al país vecino, Ucrania se ha visto obligada a destituir, suspender e incluso encarcelar a algunos altos funcionarios del gobierno y sus agencias por sospechas de que trabajan para Rusia.
El caso más reciente ocurrió este fin de semana, cuando el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, suspendió y sometió a una investigación al jefe de la agencia de espionaje de Ucrania (SBU), Ivan Bakanov, y a la fiscal general, Iryna Venediktova, citando muchos casos de traición en las dos instituciones.
Los funcionarios no fueron señalados de colaborar directamente con Moscú, sino que fallar en sus roles para prevenir que personal bajo su mando espíe para Rusia.
El mandatario indicó que más de 60 exempleados de ambas agencias ahora trabajan contra Ucrania en las áreas ocupadas por Rusia.
Según dijo, desde el comienzo de la guerra, las autoridades ucranianas han abierto un total de 651 casos de colaboración y traición contra funcionarios de ambas organizaciones que se han pasado al lado ruso.
«Tal variedad de crímenes contra los cimientos de la seguridad nacional del Estado plantean preguntas muy serias a los jefes relevantes [de las dos organizaciones]», afirmó Zelensky.
«Cada una de estas preguntas recibirá una respuesta adecuada», agregó.
En una aparición posterior en la televisión ucraniana, Andriy Smirnov, uno de los principales asesores de Zelensky, aclaró que los funcionarios no fueron despedidos, como se sugirió inicialmente, sino que simplemente fueron suspendidos en espera de una investigación.
«Con el fin de prevenir la posible influencia de estos dos funcionarios en los procesos penales, que se investigan en relación con los empleados de la SBU sospechosos de cooperar con el país agresor, y lo mismo se aplica a la fiscalía, el presidente tomó las decisiones apropiadas», afirmó Smirnov.
Los colaboracionistas
La destitución de Bakanov, amigo de la infancia de Zelensky, sigue al arresto y acusaciones de traición contra Oleh Kulinych, un exjefe regional de la SBU en Crimea, anexada por Rusia en 2014.
«Todos los que, junto con él, formaban parte de un grupo criminal que trabajaba en interés de la Federación Rusa también serán responsables», dijo Zelensky.
«Se trata de la transferencia de información secreta al enemigo y otros hechos de cooperación con los servicios especiales rusos», agregó.
Altos funcionarios de inteligencia basados en Jersón también han sido acusados y Zelensky sugirió que se tomarían más medidas contra otros oficiales de la SBU.
Durante años se ha denunciado que Ucrania tenía un problema con la infiltración rusa en sus servicios de seguridad.
En junio pasado, las autoridades de Kyiv aseguraron haber descubierto una red de espionaje ruso que involucraba al legislador ucraniano Andriy Derkach, quien previamente había sido acusado por Washington de ser un agente ruso.
Los servicios de inteligencia denunciaron que Derkach estableció una red de empresas de seguridad privada para ayudar a facilitar la entrada de unidades rusas a las ciudades durante la invasión de Moscú el 24 de febrero.
Poco antes, Ucrania anunció la detención también por acusación de colaboración con Rusia de un alto funcionario de la Secretaría del Gabinete de Ministros y de un jefe de la Cámara de Comercio e Industria, aunque no reveló sus nombres.
«Estos funcionarios transmitieron diversa información de inteligencia al enemigo: desde el estado de nuestra capacidad de defensa hasta los arreglos en la frontera estatal y los datos personales de los agentes de la ley ucranianos», alegó el gobierno.
Fuente: BBC
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