La presencia de fuerzas federales en Los Ángeles continúa en aumento, luego de que el presidente Donald Trump ordenara el despliegue de otros 2 mil elementos de la Guardia Nacional, sumando ya cerca de 5 mil efectivos en la ciudad. La medida ha generado un nuevo punto de fricción con el gobernador Gavin Newsom y agrupaciones defensoras de derechos civiles.
Fue el propio gobernador quien informó sobre la llegada del nuevo contingente a través de redes sociales, señalando que la notificación le fue hecha por la Casa Blanca. Esta acción ocurre a pesar de que, por ley, el mandatario estatal tiene autoridad sobre estas fuerzas, y representa la primera ocasión en seis décadas que el Ejecutivo federal actúa sin esa aprobación.
La situación ha motivado una respuesta legal por parte del fiscal Rob Bonta, quien presentó una demanda contra el Gobierno Trump argumentando que la decisión “abusaba de la autoridad del gobierno federal y violaba la Décima Enmienda”. Mientras tanto, Newsom denunció las condiciones en que se encuentran los elementos ya desplegados: “Sin comida ni agua. Solo unos 300 están desplegados; el resto está inactivo, sin uso, en edificios federales sin órdenes”, escribió.
A esta presencia se sumará un contingente del cuerpo de Marines, unos 700 elementos, que se integrarán a las tareas de vigilancia de instalaciones federales en el área metropolitana. Según el Pentágono, el objetivo es resguardar tanto al personal como los inmuebles en medio de las protestas contra las redadas migratorias. Mientras tanto, oficinas como el USCIS y tribunales de inmigración han cerrado temporalmente debido a las manifestaciones, que este lunes fueron menores y sin altercados.
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