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Récords de cultivo de cocaína

América del Sur es responsable de la producción total de la hoja de coca

Un nuevo informe sobre el estado de los estupefacientes en la región revela cómo los máximos históricos de narcotráfico van de la mano con el aumento de la violencia, los esfuerzos por acabar con esta lacra y los desafíos que supone a nivel mundial, entre ellos el uso del lado oscuro de internet, a través de la llamada red oscura o dark web.

El cultivo de cocaína en América del Sur se ha duplicado entre 2013 y 2017, al tiempo que la violencia vinculada a la droga ha aumentado, especialmente en Brasil, Colombia y Venezuela, país este último en el que ha aparecido una nueva red informa de narcotráfico conocida como el Cartel de los Soles”, según revela el último informe 2019 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes.

La superficie total destinada al cultivo ilícito de la planta de coca en América del Sur creció de las 120.600 hectáreas en 2013 a un récord histórico de 245.000 en 2017.

Al mismo tiempo, el estudio estima que la fabricación ilegal mundial de cocaína también alcanzó un nuevo máximo histórico de 1976 toneladas en 2017, impulsada principalmente por el aumento de la fabricación de cocaína en Colombia.

Pese a la disminución del 1,2% del cultivo ilícito de la planta de coca en Colombia, Luis Alberto Otárola, miembro de la Junta de la Junta definió este problema como “muy complejo y grave”.

“No olvidemos que América del Sur es responsable de la producción total de la hoja de coca, pasta base y clorhidrato de cocaína en todo el mundo. Toda la red y las mafias que se originan para trasladar este producto a Europa y, sobre todo a América del Norte ha corrompido a funcionarios y está implicada con la poca predisposición para combatir esta situación en sistemas corruptos”.

Además, ha creado una economía ilegal que se enfrenta a dos problemas.

“Uno, existe una sofisticación en el envío de estos productos, recordemos las incautaciones que se han realizado de minisubmarinos que utiliza el narcotráfico, se han detectado avionetas que van a África, avionetas que permanentemente hacen una ruta del norte de Sudamérica hacia Honduras y El Salvador y de ahí a América del Norte; y también los problemas de violencia social que esto genera. En el informe confirmamos que el 33% de los homicidios mundiales ocurren en América Latina y el Caribe, lo que la convierte en una de las regiones más violentas del mundo”.

El estudio indica que en el Brasil, Colombia y Venezuela la tasa de homicidios es superior a la media regional de 22 por 100.000.

Otárola destacó que trabajan codo a codo con los Gobiernos para tratar de apoyarlos en los grandes esfuerzos que la Junta, conocida por sus siglas como JIFE, ha detectado para enfrentar este tema.

“La gran preocupación que tiene JIFE en estos momentos es el crecimiento en la superficie de coca ilegal en los países de la región andina. ¿Por qué? Porque también se ha incrementado la producción potencial de cocaína a un récord histórico de casi 2000 toneladas, según nuestras mediciones”.

Destacó que estas aproximadamente 2000 toneladas se reparten al resto del mundo creando un serio problema internacional.

“Lo que nosotros creemos es que los países también tienen en este momento que mejorar la coordinación y la medición. Hay un país de la región andina que no está midiendo la superficie ilegal de coca generando algunos problemas para elaborar un informe conjunto sobre la región andina.

Pero en la perspectiva que hemos trabajado recomendamos que se retome la iniciativa y el modelo de desarrollo alternativo, integral y sostenible que en el caso de Perú ha funcionado muy bien en los últimos años y que tiene que replicarse en las regiones de Sudamérica”.

La gran mayoría de estas 2000 toneladas va del mercado colombiano hacia los Estados Unidos donde se detectó una alta pureza de la cocaína, con el consiguiente aumento de los precios y un rebrote del consumo debido a su alta sofisticación.

Otra gran parte se destina al mercado europeo a través de los puertos africanos o directamente a los muelles del viejo continente, principalmente en Holanda y España.

“Y de la cocaína que sale de Perú y baja desde Colombia por el río Amazonas también se proyectan como países de tránsito por Guyana y Venezuela. También tenemos datos que estaría saliendo ingentes cantidades de este producto hacia Europa por esta ruta: Brasil, Guyana, Venezuela”.

Según el experto, los mayores envíos se producen por vía marítima adheridos a mercancías aparentemente lícitas ya que es más barato.