Una propuesta para permitir que los presos de Massachusetts donen sus órganos y médula ósea para reducir sus sentencias plantea profundas dudas éticas y legales sobre la presión indebida que esta idea puede tener sobre los presos ansiosos por ser libres.
El proyecto de ley enfrenta una batalla cuesta arriba en la Cámara de Representantes del estado y podría entrar en conflicto con la ley federal que prohíbe la venta o compra de órganos humanos o intercambiarlos por una “contraprestación valiosa”.
También cuestiona cómo las prisiones pueden cuidar adecuadamente la salud de los reclusos que se someten a una cirugía de donación de órganos. Los críticos han calificado la propuesta de coercitiva y deshumanizante, aunque uno de los patrocinadores del proyecto la ha descrito como una respuesta al encarcelamiento excesivo de hispanos y afroamericanos, y la necesidad de aumentar los donantes de esas comunidades.
“El proyecto de ley parece sacado de una novela distópica”, dijo el presidente de Familias Contra Sentencias Mínimas Obligatorias, Kevin Ring, un grupo con sede en Washington, D.C. que aboga por una reforma al sistema de justicia penal.
“Promover la donación de órganos es bueno. Reducir las penas de prisión excesivas también es bueno. Juntar ambas es perverso”, agregó.
El proyecto de ley crearía un programa de donación de médula ósea y órganos dentro del Departamento de Correccionales del estado para permitir que las personas encarceladas reciban una reducción en su sentencia de entre 60 días y un año con la condición de que hayan donado médula ósea u órganos.
La representante estatal demócrata, Judith García, una de las patrocinadoras de la iniciativa, dijo que se presentó en respuesta a lo que llamó las desigualdades en salud derivadas del “círculo vicioso de encarcelamiento injusto y vigilancia policial excesiva de las comunidades afroamericanas e hispanas”.
Ofrecer reducción de sentencias a cambio de órganos no sólo no es ético, sino que también viola la ley federal, según George Annas, director del Centro de Derecho, Ética y Derechos Humanos de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston. En su opinión, reducir una pena de prisión es el equivalente a un pago.
“No puedes comprar un órgano. Eso debería poner fin a la discusión”, dijo Annas. “Es una compensación por el servicio. ¿No explotamos lo suficiente a los prisioneros?”
La iniciativa de Massachusetts crearía un comité para decidir la cantidad de médula ósea y órganos que deben donarse para conseguir una reducción de sentencia. El proyecto establecería un máximo de “reducción de no más de 365 días” en la sentencia de cualquier preso que participe en el programa.
Fuente: LatinUs
Leave a Reply