Los inmuebles en el sur tienen graves problemas de infraestructura y no se aclara la manera de acceder a los fondos federales porque no hay reglas claras, aseguran profesores
En Tamaulipas el programa federal denominado “La Escuela es Nuestra” no ha funcionado. En el sur de la entidad hay 848 escuelas públicas de nivel básico y en este año se ha beneficiado a poco más del 2% del total, cuando todas tienen necesidades.
En la conurbación el programa repartió 6 millones de pesos de acuerdo a datos de la Subdelegación de Programas Federales, fueron solo dos escuelas de Tampico, otro puñado de Madero y la mayoría de Altamira.
Al respecto, los maestros refieren que el plan surgido del actual gobierno federal debe dar para más, porque las instituciones tienen serios problemas y no se sabe cómo se puede acceder a dicho beneficio del gobierno federal, es decir, “no ven reglas claras”.
“En vez de decir la escuela es nuestra debería llamarse la negligencia es nuestra”, declaró Sergio Aguirre, comisionado de Educación de Tampico, porque “estoy muy escéptico a la forma en como se ha reflejado, han dejado pasar cuatro años sin hacerle nada a los planteles”.
Pero no solamente las dependencias federales son las que han tenido problemas, las estatales también han tenido dificultades en el momento de poder reaccionar a la reparación y a la atención de las necesidades de las escuelas en materia de infraestructura.
“El Instituto Tamaulipeco de Infraestructura Física Educativa (Itife) está sin presupuesto para castigar a los tamaulipecos, ya que el presupuesto se ejerce y se guarda”, sostuvo el funcionario municipal de la fracción panista.
Se trata de un tema de seguridad pública, porque durante dos años y medio de pandemia no se tuvo la posibilidad de meterle mano a los planteles, era imposible ante la falta de recursos, así que los riesgos son latentes desde el momento en el que se reciben menores de edad.
“Mientras no bajan el presupuesto a los planteles se corre el riesgo de que colapse una losa y mueran inocentes”, indicó el edil porteño, ahí recae la necesidad de que la mayor cantidad de escuelas se remocen, aunque sea aquellas que tienen problemas más graves.
Por su parte, Jaime Olvera Cárdenas, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en Tampico, indicó que se debe evaluar cómo está funcionando y beneficiar a la mayor cantidad de planteles, que tienen en estos momentos serios problemas de infraestructura.
“Si se va a comenzar a aplicar recursos, se debe tener como prioridad el recurso para sacar adelante a las escuelas de tiempo completo que son una verdadera necesidad para los padres de familia”, puntualizó el representante sindical de los maestros en el puerto.
En algún momento, explicó Olvera Cárdenas, el programa iba enfocado a levantar las escuelas de las zonas rurales de todo el país, y parte de la mecánica es que son los padres o los ciudadanos que forman parte de la comunidad escolar quienes reciben el recurso.
Rescate del presupuesto
En Tamaulipas, el programa Escuelas de Tiempo Completo costaba 342.8 millones de pesos, el 1.3% de su presupuesto estatal en educación, por lo que especialistas señalan que el próximo gobierno de la entidad debe rescatarlo y poder así atender rezagos y luchar contra el abandono escolar.
No es tan oneroso y traería mucho beneficio, considera la Federación Internacional de Ciudades de Valores A.C., que ve necesario adoptarlo, pues ahora más que nunca hay que apoyar a la comunidad estudiantil tras las secuelas que dejó la pandemia en el sistema educativo y que obligan a articular estrategias.
“Durante 13 años este programa redujo el porcentaje de alumnos con niveles insuficientes en las pruebas de matemáticas y lectoescritura, y disminuyó el rezago y deserción escolar, ahora sería muy bueno retomarlo en el próximo gobierno para recuperar aprendizajes, sobre todo entre alumnos con carencias económicas”, expresó Manuel Cruz del Ángel, presidente del organismo no gubernamental.
Fuente: Milenio