Esto después del secuestro y liberación de los 32 extranjeros en la ciudad de Río Bravo
Después del secuestro y liberación de los 32 migrantes venezolanos y hondureños en la ciudad de Río Bravo, Tamaulipas, aquellos centroamericanos que permanecen en Matamoros esperando su cita con el gobierno de los Estados Unidos decidieron no salir de sus hogares por el momento, esto por el temor que los invade de ser los próximos en caer en manos de la delincuencia.
El padre Francisco Gallardo López, coordinador de la pastoral social de la diócesis de Matamoros, explicó que incluso, los migrantes optaron por tampoco salir a trabajar vendiendo paletas en la vía pública e incluso a limpiar los vidrios en los cruceros de esta ciudad.
El párroco indicó que el problema de los secuestros se recrudeció durante los inicios del mes de noviembre cuando los migrantes que viajaban desde Nuevo León a Matamoros fueron retenidos en contra de su voluntad, lo que provocó que muchos de ellos perdieran su cita ante el consulado de los Estados Unidos para solicitar el asilo humanitario.
“Después de que pasa algo similar se da un periodo de silencio por parte de los migrantes, pues ellos prefieren no dar declaraciones ni opiniones al respecto, incluso ellos prefieren no salir de los albergues ni de sus hogares pues temen ser los próximos que caigan en manos de la delincuencia organizada”, dijo.
Expresó que ante el problema de la ola de secuestros que se presentaron en contra de los migrantes que buscaban llegar hasta frontera, las autoridades correspondientes deben implementar un refuerzo en las medidas de seguridad, pues deben garantizar que cada ciudadano pueda viajar sin problema por las calles de esta entidad.
Leave a Reply