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NUEVE DE CADA DIEZ PERSONAS RESPIRAN AIRE CONTAMINADO

El 29% de las muertes es por cáncer de pulmón

Los niveles de contaminación del aire siguen siendo peligrosamente altos en muchas partes del mundo. Según nuevos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), nueve de cada diez personas respiran aire con altos niveles de contaminantes.

Las estimaciones actualizadas muestran que siete millones de personas mueren cada año por la contaminación del aire ambiente (de exteriores) y doméstico; es una cifra alarmante.

«La contaminación del aire representa una amenaza para todos, si bien las personas más pobres y marginadas se llevan la peor parte», dice el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.

«Es inadmisible que más de 3000  millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, sigan respirando todos los días el humo letal emitido por cocinas y combustibles contaminantes en sus hogares. Si no adoptamos medidas urgentes contra la contaminación del aire, el desarrollo sostenible será una simple quimera.»

La OMS estima que cerca de siete millones de personas mueren cada año por la exposición a las partículas finas contenidas en el aire contaminado, las cuales penetran profundamente en los pulmones y el sistema cardiovascular y provocan enfermedades como accidentes cerebrovasculares, cardiopatías, cáncer de pulmón, neumopatía obstructiva crónica e infecciones respiratorias, por ejemplo neumonía.

La contaminación del aire ambiente por sí sola provocó aproximadamente 4,2 millones de muertes en 2016, mientras que la contaminación del aire doméstico originada por la cocción de alimentos con combustibles y tecnologías contaminantes causó unos 3,8 millones de muertes en el mismo periodo.

Más del 90% de las muertes relacionadas con la contaminación del aire se producen en países de ingresos bajos y medianos, principalmente de Asia y África, seguidos por los países de ingresos bajos y medianos de la Región del Mediterráneo Oriental, Europa y las Américas.

Aproximadamente 3000 millones de personas —más del 40% de la población mundial— siguen sin tener acceso a combustibles y tecnologías de cocción limpios en sus hogares, lo que constituye la principal causa de contaminación del aire doméstico.

La OMS viene haciendo un seguimiento de la contaminación del aire doméstico desde hace más de un decenio y, aunque la tasa de acceso a los combustibles y tecnologías limpios está aumentando en todas partes, las mejoras son más lentas que el crecimiento de la población en muchas partes del mundo, especialmente en África subsahariana.

La contaminación del aire es un factor de riesgo crítico para las enfermedades no transmisibles (ENT), ya que se estima que causa una cuarta parte (24%) de todas las muertes de adultos por cardiopatías, el 25% de las muertes por accidentes cerebrovasculares, el 43% de las muertes por neumopatía obstructiva crónica y el 29% de las muertes por cáncer de pulmón.

En sus recomendaciones sobre la calidad del aire, la OMS pide a los países que reduzcan la contaminación del aire hasta valores anuales medios de 20 μg/m3 (para las PM10) y 10 μg/m3 (para las PM25).

«Muchas megalópolis de todo el mundo quintuplican con creces los niveles fijados en las directrices de la OMS sobre la calidad del aire, lo que representa un riesgo considerable para la salud de las personas», dice María Neira, Directora del Departamento de Salud Pública y Determinantes Medioambientales y Sociales de la Salud de la OMS.

«El interés político en este desafío mundial para la salud pública es cada vez mayor. El aumento del número de ciudades que registran datos sobre la contaminación del aire refleja un compromiso con la evaluación y el monitoreo de la calidad del aire. Este aumento se ha dado principalmente en países de ingresos altos, pero esperamos ver un aumento similar de los esfuerzos de monitoreo en todo el mundo.»

Aunque los datos más recientes muestran que los niveles de contaminación del aire ambiente siguen siendo peligrosamente altos en la mayor parte del mundo, también evidencian algunos avances positivos.

Los países están adoptando medidas para abordar y reducir la contaminación del aire provocada por partículas finas. Por ejemplo, en tan solo dos años, el proyecto Pradhan Mantri Ujjwala Yojana puesto en marcha en la India ha permitido conectar gratuitamente a la red de GPL a aproximadamente 37 millones de mujeres que viven por debajo del umbral de la pobreza para ayudarlas a cambiar a una fuente limpia de energía doméstica.

La Ciudad de México se ha comprometido a aplicar normas a favor de vehículos menos contaminantes, optando por ejemplo por autobuses que no emiten hollín y prohibiendo los coches particulares diésel para 2025.

Las principales fuentes de contaminación del aire provocada por partículas finas son el uso ineficiente de energía en los hogares y los sectores de la industria, la agricultura y el transporte, y las centrales eléctricas alimentadas con carbón.

En algunas regiones, la arena y el polvo del desierto, la quema de desechos y la deforestación son fuentes adicionales de contaminación del aire. La calidad del aire también puede verse influida por elementos naturales, como factores geográficos, meteorológicos y estacionales.

La contaminación del aire no conoce fronteras. Mejorar la calidad del aire requiere medidas gubernamentales ininterrumpidas y coordinadas en todos los niveles. Los países tienen que colaborar para encontrar soluciones que posibiliten el transporte sostenible, la producción y el uso de energías más eficientes y renovables, y la gestión de desechos.