Pese a la creciente de más de un metro y medio que lleva el río Bravo en Matamoros, los migrantes que habitan en sus márgenes se rehúsan a moverse por temor a perder su lugar y sus pertenencias.
Enrique Maciel, titular del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes (ITM) en Matamoros, dijo que tienen más de dos días sosteniendo pláticas con ellos con el objetivo de convencerlos para que abandonen bordo del río sin que hasta el momento hayan tenido éxito.
Maciel aseguró que las pláticas entre el personal del Instituto Nacional de Migración (INM) y la autoridad están en torno a la presencia de los extranjeros no han cesado, sin embargo, los representántes de estos no han querido ceder.
Agregó que algunos grupos religiosos y las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) han hecho su parte al intervenir para que los líderes de los extranjeros reconsideren su decisión, pero estos se muestran renuentes a abandonar el lugar.
No obstante, mientras la creciente de río se eleva, la vida en el campamento migrante, con sus más de un mil 700 personas continúa sin tener la precaución de proteger a sus hijos de las fuertes corrientes del rio Bravo.
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