En el segundo día de la administración de Donald Trump, el impacto de su política migratoria comenzó a reflejarse en Tamaulipas, donde más de 200 migrantes fueron deportados desde Estados Unidos. Tres autobuses procedentes de Brownsville cruzaron el puente internacional hacia Matamoros, llevando al grupo al albergue temporal ubicado en la unidad deportiva «Pedro Salazar Maldonado», habilitado por la Secretaría de Marina.
El director jurídico de Matamoros, Manuel Perusquía Ramírez, explicó que las deportaciones se realizan en grupos más grandes por instrucciones del Instituto Nacional de Migración (INM). A diferencia de las cifras pequeñas de 20 a 40 personas, ahora se organizan traslados de hasta 200 individuos para optimizar los procesos de atención y transporte hacia sus lugares de origen, incluyendo estados como Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosí.
Un fenómeno similar se registró en Reynosa, donde 48 personas llegaron a las oficinas del INM. Antes de ser enviados a sus destinos, los migrantes fueron sometidos a revisiones médicas para verificar la aplicación de vacunas contra enfermedades como tétanos, influenza, neumococo y hepatitis. Estas medidas son parte de los esfuerzos por garantizar la salud de los repatriados y de las comunidades que los recibirán.
Tamaulipas y otros estados fronterizos se preparan para un aumento en las deportaciones, impulsado por las políticas del gobierno estadounidense. Entre las acciones más recientes, destaca el cierre de la aplicación CBP One, lo que generó tensión en la frontera, donde grupos de migrantes, desesperados por obtener una cita, intentaron cruzar sin éxito debido a la intervención de la Guardia Nacional.