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 Llora iglesia a sus sacerdotes asesinados

Llama a jornada de oración por aquellos que los mataron

La diócesis de Matamoros lamenta la muerte de los sacerdotes que perdieron la vida a manos de delincuentes en diversos eventos en toda la república mexicana, por lo que hace un llamado a sus feligreses y párrocos para que realicen una jornada de oración por el alma de los caídos y también por el perdón de aquellos que perpetraron la muerte de los servidores de Dios.

Monseñor Eugenio Andrés Lira Rugarcía, Obispo de la diócesis de Matamoros, explicó que la jornada de oración iniciará el próximo domingo 10 de julio en la misa dominical que se celebra en cada una de las iglesias católicas de la diócesis, y permanecerá durante todo el mes de julio.

Indicó que México ha sufrido mucho por los sacerdotes, consagrados y laicos asesinados, por lo que exhortó a los párrocos a que durante todo el mes de julio organicen misas u oraciones comunitarias en lugares significativos que representen a todas las personas que han desaparecido, sufrido una muerte violenta o que estén pasando por una situación similar con un familiar cercano o amigo.

“El papá Francisco ha lamentado la muerte de los laicos que han fallecido en actos de violencia, y esto lo han pasado también muchas familias mexicanas quienes han visto partir a sus seres queridos, por ese motivo, es importante que hagamos esta jornada de oración por nuestros laicos fallecidos y también por las almas de aquellos que participaron en la muerte de estas personas”, dijo.

Agregó que el domingo 31 de julio, en la oración universal de la eucaristía pedirán a Dios por la conversión de los victimarios que provocan sufrimiento y muerte para que ellos también se acerquen al camino de Dios donde serán recibidos con los brazos abiertos por el creador y los feligreses.

Llamó a la población a que no se resignen a convivir con la violencia sino que todos se unan para pedirle a Dios que fortalezca la paz, misma que entre todos deberá ser reconstruida para que las nuevas generaciones vivan sin tanta maldad.