Las mujeres son más vulnerables a los abusos sexuales
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ha dado la voz de alarma este martes acerca de los desplazados por la violencia en el norte de Centroamérica, en concreto en El Salvador, Honduras y Guatemala.
LA ONU indicó que Las cifras son abrumadoras: 294.000 ciudadanos de esos países estaban registrados en 2017 como refugiados o solicitantes de asilo, lo que supone un aumento del 58 % con respecto a 2016, pero 16 veces más que en 2011. Las solicitudes para el estatus de refugiado desde ese año hasta el pasado fueron 350.000, de las que 130.000 fueron cursadas en 2017, un 38 % más que el año anterior.
“Están huyendo de la violencia, de la persecución, del crimen organizado y de las maras o pandillas”, explicó a Noticias ONU Francesca Fontanini, responsable de comunicación del ACNUR para América, que añadió que la mayoría son mujeres.
Además de las mujeres, muchos de los que huyen son menores que escapan del reclutamiento forzoso de las organizaciones criminales y de las amenazas de muerte.
Huyen por desesperación, ya que los viajes que emprenden son también muy peligrosos y durante el camino tienen que afrontar la violencia de los grupos criminales locales. El riesgo es mayor aún para las mujeres que son más vulnerables a los abusos sexuales.
El principal país de destino es Estados Unidos, donde se encuentran 260.000 refugiados y solicitantes de asilo. Sin embargo, la agencia de la ONU ha constatado que los desplazados están llegando a nuevos lugares.
“El año pasado hemos observado el nuevo fenómeno de que están llegando más a Costa Rica, Panamá y Belice. Y a México ya no podemos considerarlo como un país de tránsito, sino como un país de destino”, comentó Fontanini.
De hecho, México, con 12.700 solicitudes de asilo, es el segundo país de acogida, seguido por Costa Rica, con 3200; Panamá con 1400; y Nicaragua, con 700.
Otro fenómeno, según Fontanini, es que los refugiados están llegando para quedarse, al menos por ahora: “estas personas quieren instalarse, quieren tener la posibilidad de una vida libre de la violencia” y “de momento, no pueden y no quieren volver a su país de origen”.
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