fbpx

Condena a cuatro años de prisión a una joven acusada de homicidio por un aborto espontáneo desata críticas e indignación en EE.UU.

La mujer admitió haber consumido metanfetamina antes de los hechos, pero no hubo evidencia de que la sustancia fuera responsable directa de la interrupción de la gestación.

Brittney Poolaw fue condenada el pasado 6 de octubre a cuatro de años de prisión en Oklahoma (EE.UU.) por homicidio involuntario en primer grado luego de sufrir un aborto espontáneo, aparentemente provocado por consumir drogas. El caso ha provocado que esta semana defensores de derechos de las mujeres criticaran y expresaran su indignación por la decisión judicial, informan medios locales.

El incidente que sufrió la mujer, actualmente de 21 años, ocurrió el año pasado cuando llevaba entre 15 y 17 semanas de embarazo. De acuerdo a los informes, la joven se presentó en un hospital del condado de Comanche después del aborto sufrido en casa y admitió haber consumido metanfetamina.

La autopsia al feto demostró la presencia del psicoestimulante, pero no hubo evidencia de que la sustancia fuera la directa responsable de la interrupción de la gestación, según The New York Times.

El forense señaló al consumo de drogas como uno de los varios factores que contribuyeron a los hechos, entre una lista de anomalías congénitas y desprendimiento de placenta. Posteriormente la involucrada fue arrestada y permaneció encarcelada año y medio en espera del juicio. Finalmente, un jurado la declaró culpable y la condenó a cuatro años de prisión. Sin embargo, la defensa de Poolaw expresó su intención de apelar la decisión el 15 de octubre.

«El caso de Poolaw es una tragedia»


Entre tanto, Lynn Paltrow, directora ejecutiva de la organización Defensores Nacionales de las Mujeres Embarazadas (NAPW, por sus siglas en inglés) reitera que no hay evidencia de que el uso de metanfetamina provocara el aborto espontáneo. Además, considera que enjuiciar a mujeres por un aborto espontáneo evitará que otras en situaciones similares busquen ayuda médica.

En un comunicado, la NAPW subrayó que las leyes estatales de homicidio no se aplican a los abortos que ocurren antes de las 20 semanas de embarazo y se «prohíbe el enjuiciamiento de la ‘madre del feto’ a menos que haya cometido ‘un delito que provocara su muerte'». «El caso de Poolaw es una tragedia. Ella ha sufrido el trauma de la pérdida del embarazo, ha estado encarcelada durante un año y medio durante una pandemia, y fue acusada y condenada por un delito sin base legal o científica», añade.

Un detective involucrado en el caso sostuvo que la experiencia vivida por la mujer se pudo haber evitado de haber tenido acceso a un servicio de salud reproductiva adecuado. «Cuando se enteró que estaba embarazada no sabía si quería al bebé o no. Dijo que no estaba familiarizada sobre cómo o dónde hacerse un aborto», afirmó el investigador.

El fiscal del condado de Comanche, Kyle Cabelka, y el abogado de Poolaw, Larry Corrales, no han respondido a los comentarios de la NAWP, que se ofreció a ayudar a contratar a otro abogado para la apelación, recoge AP.

FUENTE: RT