El ciclón Chido, con vientos de más de 220 km/h, causó al menos 14 muertes en el archipiélago francés de Mayotte, según fuentes oficiales. Esta tormenta es la más poderosa registrada en la región en casi un siglo, dejando un panorama desolador con cientos de heridos y miles de viviendas destruidas.
El alcalde de Mamoudzou, Ambdilwahedou Soumaila, informó que nueve personas se encuentran en estado crítico y 246 más resultaron gravemente heridas. Las violentas ráfagas derribaron árboles, postes eléctricos y techos en un territorio donde gran parte de la población vive en condiciones precarias. La falta de agua y electricidad agrava la crisis, mientras los servicios de emergencia enfrentan enormes desafíos por los daños en la infraestructura.
Más de 15,000 hogares permanecen sin suministro eléctrico, y las comunicaciones, incluso las llamadas de emergencia, son extremadamente limitadas. En el barrio de Kaweni, una vecina llamada Mounira describió cómo «todo quedó arrasado», y su casa fue completamente destruida por la fuerza del ciclón.
Las autoridades francesas han desplegado equipos de rescate por aire y mar, pero los esfuerzos se complican por el colapso de los aeropuertos y los cortes eléctricos. La prioridad inmediata es atender a los heridos y restablecer los servicios básicos en un territorio que enfrenta una de las peores tragedias climáticas de su historia.
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