Su padre no ha podido comprobar su parentesco.
El caso de Panchito, el niño de aproximadamente cuatro años de edad que fue abandonado por su madre el año pasado fuera de un negocio de lavandería en el fraccionamiento Paseo de las Brisas en Matamoros, sigue estancado debido a que el padre no ha podido acreditar su parentesco con el niño y no acudió a la realización de las pruebas de ADN.
Héctor Hugo Gutiérrez Treviño, procurador de la Defensa de los Niños, Niñas y Adolescentes del sistema DIF de Matamoros, aseguró que el niño aún no tiene la posibilidad de ser adoptado debido a que no hay un juicio de pérdida de patria potestad. Sin embargo, esto no quiere decir que nunca se lleve a cabo, pues al cabo de los meses Panchito podría ser parte de los niños que sí son puestos en adopción.
Señaló que el niño lleva aproximadamente siete meses en la Casa Hogar del Niño Matamorense, donde ha recibido desde atención médica hasta psicológica, acompañadas por las terapias cognitivas y de lenguaje que le hacían falta para su desarrollo físico y emocional.
«Desde que Panchito llegó a Casa Hogar hemos notado una serie de cambios significativos en él; ya habla más, ya convive más con sus compañeros y se ha integrado al grupo de niños que vive ahí. Lo vemos más despierto y menos cohibido, además de que creció y está más recuperado», dijo.
Explicó que el niño seguirá en Casa Hogar hasta que el problema del parentesco paternal se solucione, y una vez que esto suceda, el pequeño podrá regresar a su hogar, ya sea con los abuelos paternos o maternos, según sea el caso, pues esto depende de quiénes acudan a reclamar la custodia del infante.