La refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco, cerró 2024 con un rendimiento muy por debajo de lo prometido, trabajando al 9.4% de su capacidad instalada. Aunque diseñada para procesar 280 mil barriles diarios, solo logró producir en promedio 26 mil 259 barriles diarios entre junio y noviembre de 2024. Además, el proyecto ha enfrentado interrupciones como un incidente eléctrico en septiembre, que obligó a detener operaciones temporalmente.
En contraste con las declaraciones iniciales, el exdirector de Pemex, Octavio Romero, afirmó que la refinería estaría operando a plena capacidad en agosto de 2024, algo que no ocurrió. Las intermitencias en su operación y la caída de su rendimiento evidencian dificultades técnicas, con cifras de producción que cayeron a un 5% de su capacidad en noviembre.
Expertos, como Ramsés Pech, señalan que el proyecto podría operar plenamente hasta 2027, con un costo final superior a los 20 mil millones de dólares. Este retraso se suma a otros desafíos de Pemex, como la baja producción petrolera nacional, deudas significativas y problemas estructurales en sus refinerías.
La refinería fue construida sin licitaciones internacionales, con la dirección de Rocío Nahle, y bajo estimaciones de producción que resultaron insostenibles. Según Edmundo Gamas, la planeación deficiente y la falta de transparencia han sido factores clave en los problemas actuales de Dos Bocas, que enfrenta no solo retos financieros sino también críticas por su impacto ambiental.
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