El presidente Andrés Manuel López Obrador defendió la reforma que permite a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) asumir el control de la Guardia Nacional (GN), desestimando las críticas sobre posibles prácticas de “militarismo” y “represión”.
«Acerca de la represión y del militarismo, eso depende de la autoridad civil. En lo nacional, del presidente, ahora de la presidenta, porque de acuerdo a la legislación, a las leyes de las Fuerzas Armadas, el comandante supremo o la comandanta suprema va a ser la presidenta de la república,” explicó en su conferencia matutina.
López Obrador expresó su satisfacción por el avance de la reforma, que aún debe pasar por el Senado, y justificó que un mando militar garantizará que los 130 mil miembros de la Guardia Nacional y sus 500 cuarteles “actúen con rectitud”, a diferencia de la extinta Policía Federal, que enfrentó acusaciones de vínculos con el crimen organizado.
Organizaciones civiles y legisladores de oposición han manifestado su preocupación por una creciente militarización en el país, dado que la reforma altera el artículo 129 de la Constitución, que limita las funciones militares en tiempos de paz. A pesar de las más de mil 700 quejas registradas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) contra la Guardia Nacional, el presidente afirmó que las Fuerzas Armadas no cometen abusos y que la ciudadanía respalda su desempeño.
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