Con la bandera nacional a media asta en memoria de los héroes anónimos de Tlatelolco, este viernes autoridades municipales conmemoraron el LII aniversario de los caídos en la lucha de la democracia en la plaza de las Tres Culturas Tlatelolco 1968.
La ceremonia cívica realizada en la plaza “Miguel Hidalgo”, en donde se guardaron todas las medidas de seguridad sanitaria y solamente participaron 20 personas, incluidos funcionarios, regidores e integrantes de la escolta, fue presidida por el secretario de Educación, Cultura y Deporte, Alejandro Villafañez Zamudio.
En la breve ceremonia se guardó un minuto de silencio por los héroes anónimos de Tlatelolco, así como también por los profesionales de la salud que perdieron la batalla contra el COVID-19.
Estuvieron presentes el presidente de la Comisión de Educación en el Cabildo, Rommel Araín Delgado Chavira; la segundo síndico, Gloria Edith Sánchez Delgado; Jesús de los Ángeles Caballero Duarte, presidente de la Comisión de Planeación del Desarrollo Municipal, así como también la directora general de Cultura, Larissa López Carrillo.
En ese marco, el coordinador de proyectos artísticos de la Dirección General de Cultura, Cruz Heriberto Hernández Reyna hizo una remembranza de los acontecimientos registrados aquel 2 de octubre de 1968.
Aunque parezca mentira, en 1968 los jóvenes y la población en general no podíamos marchar, no podíamos hacer reuniones, no podíamos teníamos libertad de expresión, no podíamos hablar.
Existía ya para ese tiempo hartazgo, molestia, un estado de ánimo muy irritado en contra de las formas autoritarias que volvían la práctica política en diversas instituciones de México de la segunda mitad del siglo XX, expresó en su mensaje
Agregó: Lo que empezó como una disputa de estudiantes de la UNAM y el instituto Politécnico Nacional donde participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionista de la ciudad de México, terminó convirtiéndose en el movimiento que fue reprimido por el gobierno de México en la Plaza de las Tres Culturas.
Ejercer en la práctica una democracia participativa y a partir de ahí construir nuestros mecanismos para defender con valor nuestros derechos, el derecho de luchar por nuestros ideales, el derecho a una nación libre, derecho a manifestarnos de una forma pacífica, derechos que hoy en día se gozan sin miedo a ser reprimidos o desaparecidos, concluyó.
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