La Organización Panamericana de la Salud (OPS) anunció un total de 23 casos confirmados de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en la región de las Américas. Hasta el 18 de febrero, la totalidad de los casos se reportaron en los Estados Unidos (15) y Canadá (8).
El primer caso de COVID-19 importado a la región se identificó el 21 de enero pasado en los Estados Unidos en el estado de Washington. Unos días después, el 25 de enero, Canadá informó su primer caso confirmado en Toronto. Desde entonces y hasta la fecha, ha habido 23 casos confirmados del nuevo coronavirus en Norteamérica. En Latinoamérica y el Caribe aún no se han reportado casos confirmados.
Según la última actualización epidemiológica de la OPS sobre la nueva enfermedad, los 15 casos en los Estados Unidos de América se informaron de seis estados: Arizona, California, Illinois, Massachusetts, Texas y Washington. Del total de casos, 13 tenían antecedentes de viajar a China y dos estuvieron entre los contactos cercanos de casos confirmados previamente. Los últimos dos casos con historial de viajes a China fueron entre individuos en cuarentena federal en los estados de Texas y California.
En Canadá, los ocho casos confirmados se informaron de dos provincias: Ontario (3) y Columbia Británica (5).
Hasta el 18 de febrero, el 99% de los casos se han reportado en China (72.528 casos y 1.870 muertes) y el resto (804 casos y 3 muertes) se han reportado en otros 25 países, incluidos dos de las Américas, según el último reporte de situación de la OMS.
La información sobre casos sospechosos y confirmados en la Región se comparte con la OPS/OMS de conformidad con el Reglamento Sanitario Internacional (RSI). Los países han elaborado y aplicado planes nacionales de preparación y respuesta para activar medidas y acciones intensificadas (y procedimientos operativos estándar conexos), en coordinación con la OPS/OMS.
En ese sentido, los países de la Región están fortaleciendo las medidas para detectar en forma temprana y dar una respuesta rápida a posibles casos de COVID-19. Estas medidas incluyen la activación de mecanismos de coordinación multisectorial; la vigilancia activa en los puntos de entrada; capacitación a los proveedores de atención médica sobre el rastreo de contactos y la definición de casos para casos sospechosos y confirmados; el manejo de casos y las medidas de prevención y control de infecciones en los centros de salud; la capacitación del personal de laboratorio; la distribución de equipos de protección personal para profesionales de salud y otro personal que puedan entrar en contacto con casos sospechosos y confirmados; la activación/puesta en alerta de equipos de respuesta rápida; y la distribución de materiales de educación y comunicaciones de la Información para sensibilizar al público y contrarrestar los rumores y la desinformación.
A través de una serie de talleres, la OPS/OMS ha estado preparando a los laboratorios de la región para que puedan llevar a cabo el diagnóstico para detectar la enfermedad. Se espera que, para el 21 de febrero, un total de 29 laboratorios estarán listos para detectar la COVID-19, con los CDC de Estados Unidos en Atlanta como el laboratorio de referencia regional.
En el caso de una introducción de COVID-19 en la región, se espera que el impacto en los servicios de salud sea alto, dado que los hospitales pueden sobrecargarse rápidamente con pacientes que necesitan aislamiento y en la unidad de cuidados intensivos. Además, se espera que se necesiten suministros esenciales como mascarillas, respiradores, guantes y batas quirúrgicas en cantidades importantes que generen estrés en las reservas de estos materiales y los procedimientos de la cadena de suministro.
Basado en lo que se conoce actualmente sobre la enfermedad, una combinación de medidas de salud pública, como la identificación rápida, el diagnóstico y el manejo de los casos; la identificación y el seguimiento de contactos; la prevención y el control de infecciones en centros de salud; las medidas de salud para los viajeros y la sensibilidad de la población pueden reducir o posiblemente detener la cadena de transmisión luego de la importación de uno o más casos.
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