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OMS: EL COMBATE CONTRA LA MALARIA ES PUNTO MUERTO

En 2017, cerca del 70% de los casos (151 millones) y las defunciones (274 000) se concentraron en 11 países

De acuerdo con el nuevo Informe mundial sobre el paludismo 2018, la reducción en el número de enfermos en el mundo se ha estancado tras varios años de disminución.

El paludismo, o malaria, es una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género Anopheles.

Para volver a reducir los casos y las defunciones por paludismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus asociados se han sumado a una nueva iniciativa, dirigida por los países y puesta en marcha, con el fin de intensificar su prevención y su tratamiento y aumentar la inversión para proteger de esta mortífera enfermedad a las personas vulnerables.

Por segundo año consecutivo, el informe anual de la OMS muestra que se ha interrumpido la reducción del número de personas afectadas por el paludismo: según las estimaciones, en 2017 hubo 219 millones de casos, frente a los 217 millones del año precedente. Sin embargo, estas cifras habían disminuido de forma constante en los años previos, desde los 239 millones estimados en 2010 hasta 214 millones en 2015.

Como explica el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS:

Nadie debería morir de paludismo. Sin embargo, nos enfrentamos a una nueva realidad: el estancamiento de los progresos podría dar al traste con años de trabajo, inversión y buenos resultados en la reducción del número de enfermos. Sabemos que ahora tenemos que cambiar algunas cosas y por ello lanzamos este plan, centrado en los países y dirigido por ellos mismos, para emprender una acción antipalúdica integral y actuar con mayor eficacia a nivel local, donde más nos necesitan.

En 2017, cerca del 70% de los casos (151 millones) y las defunciones (274 000) por paludismo se concentraron en 11 países: 10 países africanos (Burkina Faso, Camerún, Ghana, Malí, Mozambique, Níger, Nigeria, República Democrática del Congo, República Unida de Tanzania y Uganda) y la India.

En ese año se registraron 3,5 millones de casos más en esos 10 países que en el año anterior, mientras que en la India se redujo la carga de morbilidad.

A pesar de que, en los últimos años, se ha observado un aumento marginal en la distribución y el uso de mosquiteros tratados con insecticida (la principal herramienta para prevenir el paludismo) en el África subsahariana, el informe pone de relieve grandes lagunas en la cobertura.

Se estima que, en 2017, la mitad de los africanos expuestos al riesgo de contraer el paludismo no dormían bajo un mosquitero tratado.

Por el momento, no se está avanzando adecuadamente para alcanzar los objetivos fijados en la Estrategia técnica mundial de la OMS contra la malaria 2016-2030: reducir la mortalidad y la morbilidad del paludismo en al menos un 40% para 2020.

El número de países que están cerca de eliminar la enfermedad continúa aumentando (de 37 en 2010 a 46 en 2017). En China y El Salvador, donde hacía tiempo que la enfermedad era endémica, no hubo transmisión local en 2017, lo cual demuestra que las medidas intensivas de lucha antipalúdica dirigidas por los países reducen eficazmente el riesgo de contagio.

En 2018, la OMS certificó que ya no hay paludismo en el Paraguay, que se convierte en el primer país de las Américas en 45 años en que ello se confirma. Además, otros tres países —Argelia, Argentina y Uzbekistán— han solicitado a la OMS la certificación oficial de ausencia de esta enfermedad.

En la India —un país que concentra el 4% de la carga mundial de paludismo— el número de casos se redujo en un 24% entre 2016 y 2017, mientras que en Rwanda se registraron 436 000 casos menos. Por su parte, Etiopía y el Pakistán notificaron fuertes disminuciones de más de 240 000 casos menos en el mismo periodo.

La Dra. Matshidiso Moeti, Directora Regional de la OMS para África, explica:

Cuando los países dan prioridad a la lucha antipalúdica, salvan vidas y reducen los casos. La OMS y sus asociados mundiales contra el paludismo continuarán haciendo lo posible por ayudar a los gobiernos, sobre todo en los países más afectados, a intensificar esta respuesta.

Para alcanzar los objetivos fijados en la estrategia mundial contra el paludismo para 2030, la inversión en la lucha antipalúdica debería ser de, al menos, US$ 6600 millones para 2020, más del doble de la cantidad disponible en la actualidad.