Una de las razones del incremento fue la percepción de menor riesgo frente a la actividad ilegal
Los cultivos de coca en Colombia alcanzaron el año pasado un máximo histórico con 171.000 hectáreas frente a las 146.000 registradas el año 2016, según se desprende del último informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), presentado el miércoles en Bogotá.
La mayor parte del incremento de cultivos de coca, con un 64%, se produjo en los departamentos de Antioquia, Cauca, Norte de Santander y Putumayo. Sin embargo, el que posee un mayor número de cultivos fue el departamento de Nariño, pese a tener un menor crecimiento, afirmó el representante de la UNODC, Bo Mathiasen.
“Tiene tanta coca hoy como en todo Perú. Sin embargo, en Tumaco, el municipio más afectado históricamente, la coca se redujo un 16%. El 80% de la coca del país sigue estando en los mismos sitios donde estuvo en los últimos diez años”.
Mathiasen destacó que una de las razones del incremento fue la “percepción de menor riesgo frente a la actividad ilegal”que sirvió para aumentar el área sembrada con coca, hizo crecer la inversión en insumos agrícolas y mejorar la productividad de los lotes.
En el otro lado de la balanza se encuentra el departamento de Guaviare donde se redujo en 1915 el número de hectáreas cultivadas.
En relación con su ubicación geográfica, el 33% de los cultivos se encuentran a una distancia mínima de 10 km de las áreas pobladas, y una proporción similar están ubicadas en zonas que eran bosque el año 2014.
Debido al incremento del área productiva, la elaboración de hoja fresca de coca creció un 32%, al pasar de 707.100 toneladas en 2016 a 930.900 el año pasado. Asimismo, la producción potencial de cocaína aumentó en un 31%, pasando de 1053 toneladas hace dos años a las 1379 de 2017.
El informe también destaca que la incautación de cocaína creció un 20%, que la erradicación forzosa casi se triplicó y que se lograron los primeros acuerdos para la eliminación voluntaria.
La coca continúa representando “una gran amenaza para la diversidad biológica y cultural de Colombia”, reza el informe. Del mismo modo, indica que “el 10% de la coca está en resguardos indígenas y 16 % en tierras de las comunidades negras”.
En las zonas donde se inspeccionaron los cultivos de coca, estos disminuyeron un 11%, pese a que esta operación solo se efectuó en el 14 % del territorio afectado.
“Para lograr un mayor impacto se requiere no solo mejorar la articulación y la cobertura, sino identificar nuevas estrategias que se adapten mejor a las condiciones de los territorios”, indica el informe.
Igualmente, el estudio considera “fundamental” establecer canales de comunicación mediante la “selección apropiada de interlocutores con la comunidad, la adopción de mensajes claros y la implementación de sistemas de registro de acción objetivos y confiables”, a los que considera básicos “para evitar incentivos perversos y mejorar la confianza en la información”.
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