Nos hemos dado cuenta que tenemos un grave problema con la gente que trabaja en las calles
La falta de un hogar y el apoyo de la familia hace más difícil que personas con algún tipo de adición se acerque a los centros de rehabilitación.
Los limpia vidrios o los malabaristas, quienes en su mayoría viven en la calle son uno de los grupos más vulnerables para caer en problema de drogadicción.
El director del Centro de Integración Juvenil en Reynosa, Héctor Gómez, informó que se ha detectado un gran número de jóvenes y adultos en los cruceros que son adictos a inhalantes principalmente.
«Nos hemos dado cuenta que tenemos un grave problema con la gente que trabaja en las calles, pues dado su entorno crudo y la falta de una familia, tienden a refugiarse en las drogas», indicó.
Mencionó que los solventes más consumidos por estas personas son la pintura y el pegamento.
Y señaló que en muchas ocasiones la influencia de otros es lo que los lleva a drogarse. También mencionó que la mayoría de estos adictos deambulan por las calles de la zona centro de Reynosa.
«Están conviviendo con personas que se drogan, para ellos es normal», dijo.
Compartió que desafortunadamente al no tener a nadie que los apoye para que se rehabiliten, se muestran muy renuentes.
«De la gente que recibimos aquí solo un 10 por ciento es de este grupo de chicos», afirmó.
El Centro de Integración Juvenil trata de acercarse a estos jóvenes sin presionarlos para lograr que confíen y decidan por sí mismos atenderse, ya que en muchas ocasiones se sienten ofendidos cuando los invitan a internarse.
«Lo difícil de esta situación es que las digas que consumen son comerciales por lo que pretendemos solicitar a los negocios que comercializan estos productos que nos ayudan a difundir el daño que hacen estos químicos que son dañinos para la salud», recalcó.
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